31 de marzo de 2011

Calabaza y coliflor en crema suave

      El tema de las verduras y los niños… a mi hijo ni le gusta la calabaza (bueno, los buñuelos de calabaza sí) ni le gusta la coliflor. Pues comiéndose esta crema me decía: ¡mamá, que buena está!  Y a nosotros también nos gustó mucho, es una crema bastante ligera. Se suavizan los sabores al mezclarlos, aunque quizá predomina el de la calabaza.
     En esta ocasión, he usado queso de rulo de cabra porque los lácteos de cabra sí que los tolero, aunque sin abusar. Como su sabor es bastante fuerte, para mi hijo la decoración fue otra: huevo duro picado y trocitos de crujiente de jamón (simplemente hay que poner la cortada de jamón serrano sobre papel de horno, y éste a 180º durante 15-20 minutos).
 



 Ingredientes:



400 gr. Coliflor
400 gr. Calabaza
1 vaso de agua
100 ml. de vino blanco (1 vasito de café)
50 ml. de nata (en mi caso vegetal)
100 ml. de leche (sin lactosa para intolerantes)
Queso de cabra, de rulo
Sésamo o ajonjolí
Aceite
Sal
Comino molido (opcional)
Nuez moscada molida


     Ponemos en la olla exprés la coliflor y la calabaza pelada, a la que también habremos quitado las semillas, con el vaso de agua, sal, un buen chorro de aceite, el vasito de vino blanco, la nata y la leche. Tapamos y ponemos al fuego. A partir del momento en que empieza a salir el vapor, lo dejamos entre 3 y 5 minutos. Apagamos y esperamos hasta que podamos destapar la olla sin peligro.


     Añadimos una pizca de comino molido (cuidado porque su sabor es potente) y de nuez moscada molida. Trituramos todo con el caldo de cocción, hasta que quede una crema fina; mejor si vamos añadiéndolo poco a poco, hasta darle la consistencia que nos guste. Rectificamos de sal, si fuera necesario.


     Con el queso de cabra hacemos unas pequeñas bolitas y las “rebozamos” en sésamo. Servimos la crema y ponemos dos o tres bolitas en cada ración. Se puede emplear otro queso, pero su textura nos tiene que permitir hacer las bolitas.


     Servir templada.

30 de marzo de 2011

Tarta-bomba de nata con fresas

    


     ¿Tarta? ¿Bomba? Como no me decidía a cómo llamarla, la he bautizado como Tarta-bomba.
     Es una fina base con muuuuucha nata y algunas fresas, que le dan un toque de color y sabor. Pero, lo cierto, es que queda muy vistosa y, sobre todo, deliciosa. Para mí, lo mejor es que la nata no está dulzona y ni empalagosa.
     He empleado “nata” vegetal, por la intolerancia a la lactosa. Y queda muy suave, además, nos da el placer de comer un postre "lácteo" sin problemas a los que tenemos intolerancia a la lactosa.
     He utilizado un producto que se llama JEM. Se puede utilizar cualquier otro que sirva para dar consistencia a natas, merengues, etc., cosa que viene muy bien para los rellenos de tartas. Son estabilizantes y el ingrediente que tiene es carboxymethilcelulosa. Creo que en algunas tiendas de alimentación árabe he visto lo mismo, o algo parecido.

 Ingredientes:
  • 300 ml. de "nata" vegetal (he utilizado la de cocinar)
  • 60 gr. de azúcar (la mía estaba molida, casi azúcar glass)
  • 1 cucharadita (de las de café) de JEM
  • Unas cuantas fresas, a láminas gruesas, para decorar 
  • Algo de gelatina, mermelada o almíbar para embadurnar las fresas
  • Una lámina de masa quebrada
     Ponemos la masa quebrada al horno hasta que veamos que queda un poco dorada. La sacamos y reservamos. 
     Montamos la nata. Primeros batimos un poco con la batidora eléctrica, cuando empieza a tomar un poco de consistencia, vamos incorporando el azúcar. Cuando espesa, añadimos el jem (con él, la consistencia la adquiere casi al instante). Dejamos en la nevera mientras laminamos las fresas.
     Para embadurnar las fresas utilicé una gelatina casera de manzana que tenía por casa, lo que me quedó de hacer una compota.
     Sacamos la base de masa quebrada y la ponemos sobre el plato en el que vayamos a servir. Vertemos encima la nata montada y, con cuidado, le vamos dando forma y acoplándola con una espátula.
     Una vez hemos terminado con la nata, sólo nos queda decorar con las fresas bañadas.

     Dejamos reposar la tarta en la nevera y dejamos enfriar hasta el momento de servir.

     Evidentemente, podemos hacer la misma tarta con nata convencional.
     También podemos sustituir la base de masa quebrada por una a base de galleta triturada y mantequilla. En ese caso, dejaríamos la masa resultante en la nevera, para que compacte y, después, montaríamos la tarta de la misma manera. Las galletas que trituremos para la base podrían ser sin gluten y, de esa forma, sería apta para celíacos.

27 de marzo de 2011

Boquerones en vinagre

     El otro día compré unos buenos boquerones frescos, prietos, brillantes... Nos gustan mucho los boquerones fritos pero, para no hacerlos todos de esa forma, reservé unos pocos y los hice en vinagre, que también gustan bastante por aquí.
     Lo que sí tengo costumbre es de congelarlos antes y tenerlos, al menos, 24 horas. Así que, les quito cabeza y tripa, los congelo y, cuando los voy a preparar (ya descongelados), les quito la raspa. Dejo los filetitos limpios de espinas y cualquier otro resto que no sea el propio filete de boquerón.



Ingredientes:
  • Boquerones frescos y limpios
  • Vinagre
  • Sal
  • Aceite (en este caso, a mí me gusta poner el de girasol)
  • Ajo
  • Perejil

Preparación:
     Como ya he dicho, descongelamos los boquerones, les quitamos la espina central y dejamos los filetes limpios.
     Preparé unos 300 gramos de pescado, el resto de cantidades están en proporción a ese peso.
     En un recipiente ponemos una cucharada (de postre) de sal marina y medio vaso de vinagre, o el suficiente para cubrir nuestros boquerones. Yo remuevo el vinagre con la sal hasta que ésta se disuelve. Los dejamos cubiertos, durante un día, en la nevera. Últimamente he leído que deben estar así, en vinagre, entre 24 y 48 horas, pero nunca más de ese intervalo de tiempo.

Por efecto del ácido del vinagre, veremos que se van poniendo blancos.






     Pasadas las 24 horas, los sacamos y ponemos a escurrir en un colador o cualquier otro utensilio que nos sirva para ello. Se pueden lavar con agua fría, pero, a mí, no me gusta hacerlo.

     Ponemos los boquerones escurridos en un recipiente limpio y los cubrimos con aceite. Hacemos en el mortero una picada de perejil y ajo (dependiendo de lo fuerte que nos guste, podemos poner varios ajos).
     Incorporamos la picada al recipiente de los boquerones. Removemos con cuidado para que se mezcle todo bien. ¡Y listos!.

     Mi recomendación es dejarlos así, al menos, otras 24 horas. Ya sé que es difícil, porque parece que te estén llamando para que los pruebes, como si fueran ellos los que no pudiesen esperar más a ser degustados. Pero lo cierto es, que si tenemos la suficiente paciencia para dejarlos, estarán mucho más buenos porque habrán tomado el sabor del ajo y el perejil.

24 de marzo de 2011

Arroz Negro

     En casa, el rey de los platos es el arroz. Si el fin de semana pregunto ¿qué hago para comer?, sé cuál va a ser la respuesta: paella, da igual que sea de marisco, que de carne...pero arroz. Con lo que nos gusta, y la cantidad de formas que hay de prepararlo, creo que voy a empezar a preparar una categoría aparte para los arroces.
     Tanto los mayores como los pequeños de la casa, estamos enamorados del arroz. Un ingrediente de lo más versátil y agradecido.
     Y  uno de los preferidos de mis hijos es el arroz negro. Eso sí, cuánto más negro, mejor. Así que, tengo que poner varias bolsitas de tinta, porque si se queda gris me lo recriminan.
     Es un plato sencillo de preparar.
     Se puede hacer con sepia "blanca". Pero, a mí me gusta con la sepia "sucia" (la que se vende fresca o congelada, pero entera, sin limpiar) porque su sabor y textura nada tienen que ver con las que vienen ya limpias. Aunque, como más me gusta es con sepionet, o almendritas (creo que les llaman así), que son las sepias, pero en chiquitito. Eso sí, limpiarlas da algo de faena, pero vale la pena. De todos modos, los dejo con la piel, puesto que da un sabor magnífico (si son sepias, tendrán que ser medianas, porque si no, pueden quedar duras).




    Ingredientes:
Caldo de pescado
Sepionet (o sepia)
Mejillones
Gambas peladas
4 bolsitas de tinta
Arroz
Salsa de tomate (opcional)
Sal
Ajo
Cebolla
Sal
Aceite de oliva virgen extra

Preparación:

     La base de un buen arroz con pescado, es hacer un buen caldo. Ponemos el pescado de sopa (morralla) en una olla con sal, un chorrito de aceite y agua. Al cabo de 30-40 minutos, el caldo ya estará preparado. Lo colamos y reservamos.  A mí, me gusta, en este momento, deshacer la tinta en el caldo.
     Ponemos al fuego la paella (el recipiente) con aceite, tendremos que controlar el fuego para que no se nos queme. En ella, empezamos a sofreir la cebolla y, cuando comience a ponerse transparente, añadimos el ajo picado. Salamos y removemos. Ni el ajo ni la cebolla han de dorarse.
     Incorporamos los sepionets o la sepia troceada y las gambas peladas. Removemos. En este momento, podemos añadir la salsa de tomate. Ponemos el arroz y rehogamos todo junto. Añadimos el caldo y rectificamos de sal (si no lo hemos hecho antes, podemos, ahora, deshacer la tinta en el caldo). Agregamos los mejillones, que, previamente, habremos abierto al vapor. El arroz estará listo en unos 20 minutos desde que empiece a hervir.

     La cantidad de arroz que utilizaremos dependerá del número de comensales. Yo siempre mido el arroz y el caldo. Lleno un vaso, de los de agua, con arroz por cada dos personas. De caldo, tendremos que poner el doble que de arroz. Con estas cantidades no quedará "pasado". Si os gusta más hecho, habría que añadir un poco más de caldo.
     Mucha gente tiene la costumbre de comer el arroz negro con ajoaceite. Eso va a gustos. Pero, si habéis hecho un buen caldo, el arroz os sabrá a gloria sin necesidad de nada más.    
    

23 de marzo de 2011

Conejo en escabeche

     Ya que he hecho el escabeche con pescado, hoy decido hacerlo con carne. En este caso lo he hecho con conejo, pero se puede hacer también con pollo, codornices, perdices...
     Es un plato sin complicación y bastante rápido. Al igual que el escabeche con pescado, se puede conservar varios días en la nevera...En mi caso, no va a hacer falta, porque no ha quedado nada. Nosotros ya lo habíamos comido, pero mi hijo no, y tengo que decir que le ha encantado.
     Con esto ocurre como con todo, si el vino y el vinagre son buenos, mejor saldrá el plato. Mi vinagre era de Jerez, por lo que estaba fuerte de sabor, pero muy bueno.
     Os pongo las cantidades que yo he empleado, sólo tendréis que utilizarlas en proporción a la cantidad de carne que vayáis a utilizar.


  
 
Ingredientes:
              • Medio Conejo
              • 5 dientes de ajo enteros
              • 2 cebollas medianas (he utilizado cebolla nueva, aunque te hace llorar igual que la vieja)
              • 4 zanahorias (eran más bien pequeñas)
              • 10 granos de pimienta
              • 2 hojas de laurel
              • 1 taza de vinagre de Jerez
              • 1 taza de vino blanco
              • Aceite de oliva
              • Sal


     Ponemos aceite en la sartén y freímos el conejo troceado y salpimentado, a fuego medio-fuerte. Cuando esté dorado lo sacamos a un plato.




     Chafamos un poco los ajos, sin pelar, con el cuchillo y los ponemos en la sartén, bajamos el fuego un poco.
    
    
     Troceamos las cebollas. Partimos por la mitad y, puestas hacia abajo el corte recto, vamos partiéndolas finamente. Las zanahorias también las partimos por la mitad, y las troceamos en finos bastones. Las incorporamos, junto con los ajos, los gramos de pimienta y las hojas de laurel. Salamos y dejamos pochar a fuego medio-bajo. No tiene que dorarse.
    
    
     Cuando vemos que ya están blandas, tanto la cebolla como la zanahoria, añadimos la taza de vinagre y la de vino.
    

     Reincorporamos los trozos de conejo y lo dejamos a fuego bajo unos cinco minutos.

22 de marzo de 2011

Escabeche de sardinas

     Las sardinas también tienen su época de esplendor. Mi padre siempre me ha dicho que el agua del mar tiene que estar caliente, que desde mayo hasta primeros de septiembre es cuando mejor están. Entonces pones la sardina a la plancha y empieza a soltar su grasilla y le exprimes un limón...y son deliciosas. En casa nos encantan, mi hijo es un fan.
     Puesto que no es la mejor época para las sardinas a la plancha, una buena forma de hacerlas es en escabeche. Además, así aguantan varios días en la nevera. Y están aún mejor de un día para otro.
     De esta forma es como yo hago el escabeche, y no voy a utilizar pesos, las cantidades dependerán de las sardinas que vayamos a escabechar. En este caso (como orientación) yo utilicé algo más de medio kilo de sardinas.
Ingredientes:
  • Sardinas, sin cabeza ni tripas.
  • Harina
  • Sal
  • Una parte de Vino blanco(una taza o un vaso, dependiendo de la cantidad de sardinas)
  • Una parte de Vinagre (una taza o un vaso, dependiendo de la cantidad de sardinas)
  • Pimienta negra en grano
  • Laurel
  • 4-6 Ajos enteros
  • Pimentón dulce



     Salamos y enharinamos las sardinas, si las ponemos en un colador y le damos unos golpecitos a éste en el borde, eliminaremos el exceso que puedan tener de harina.
     A los ajos (sin pelar) les daremos un golpe con la mano o les haremos un corte.
     En una sartén ponemos aceite de oliva, en cantidad suficiente para que las sardinas queden cubiertas hasta la mitad, más o menos. Las que utilicé eran pequeñas y la sartén tenía un dedo de aceite. Las debemos freir a fuego fuerte, para que se doren por fuera.
     Fritas las sardinas, las retiramos a un recipiente.
     En el mismo aceite de freir las sardinas freiremos los ajos con piel. Si han quedado muchos restos de harina, lo podemos colar. Cuando empiecen a dorarse los ajos, incorporamos el laurel y 8 o 10 granos de pimienta. Bajamos a fuego medio-bajo.
     Añadimos el pimentón, apartamos la sartén del fuego, lo removemos. Añadimos el vino y, después, un pellizco de sal y el vinagre. Esperamos que rompa a hervir.
     Reincorporamos las sardinas al escabeche y dejamos que dé un pequeño hervor. Apagamos el fuego.
     Con mucho cuidado, para que no se rompan las sardinas, ponemos el escabeche en el recipiente en el que lo vayamos a dejar. Yo utilizo una cazuela de barro. Lo dejamos enfriar y lo ponemos en la nevera.

     Como ya os he dicho, está más bueno de un día para otro. Pero, para consumirlo, preferimos que no esté frío, lo saco de la nevera una o dos horas antes de comerlo.
     Es un plato con mucho sabor y bastante socorrido, puedes hacerlo con tiempo y consumirlo en varios días.




19 de marzo de 2011

Guiso de Verduras

     Visitando Recetasderechupete, ví que habían puesto en marcha, junto a Lecreuset, un concurso de platos de cuchara. Resulta que por el tema de la cuchara tengo debilidad y, creo, estamos perdiendo mucho esa costumbre.
     También pienso que un buen plato de cuchara no tiene porqué tener un exceso de calorías o grasa, de hecho, el que he preparado es a base de verduras.
         Aunque el blog lo acabo de inaugurar, creo en aquello de que los valientes obtienen su recompensa, por eso me he animado a participar. Bueno, por eso y por la posibilidad de conseguir una magnífica cocotte de Le Creuset.
     Hice esta receta en casa y resultó un éxito, y es que lo de cocinar a fuego lento le da a todos los platos un sabor extraordinario. Así que, allá voy...




Ingredientes:
2 ajos tiernos
2 ajos secos
1 ñora
1 pimiento choricero
Unos ramilletes de coliflor
1 alcachofa
2 patatas medianas
Media cebolla
1 tomate a trozos y sofrito
1 rodaja de pan duro
vino
Un huevo
4-6 almendras
pan rallado
perejil
sal
aceite

 
Preparación:

     Ponemos a remojo la ñora y el pimiento choricero, y, cuando se hayan hidratado, sacamos la pulpa. Con un cuchillo la vamos raspando. La reservamos.
     En una cazuela (yo he utilizado una de barro) ponemos a pochar, con aceite de oliva, y a fuego bajo, los dos ajos tiernos y la media cebolla  troceados. Partimos la alcachofa y la incorporamos, así como las dos patatas,  en trozos más bien grandes, y el tomate frito. Salamos y lo dejamos, con la cazuela tapada, unos 5 minutos.
     Añadimos un vaso pequeño de vino blanco, removemos, y lo cubrimos con agua.  


     En una sartén freímos primero la rodaja de pan y la picamos en el mortero, y, luego, los dos ajos secos.

     Añadimos al mortero, y picamos, las almendras, el perejil, los ajos y la carne de la ñora y el pimiento choricero.

     Ponemos la majada en nuestro guiso, rectificamos de sal y volvemos a tapar.
     Dejamos cocer, sin subir el fuego, unos 30 minutos.
     Los ramilletes de coliflor los rebozamos en huevo batido y pan rallado. Los doramos en la sartén con aceite de oliva y los ponemos sobre un papel absorbente. Los incorporamos al guiso. Movemos un poco la cazuela tapada. Apagamos el fuego y dejamos reposar 5 minutos. 






¡Buen Provecho!
 


    

18 de marzo de 2011

El limón y el bacalao

    

     Antes el bacalao salado no me iba mucho, pero, de hace un tiempo a esta parte, me he aficionado bastante a él.

     El caso es que, como no puedo ir (o mandar a alguien) muy a menudo al puesto del que me gusta comprar el bacalao, una vez comprado, lo tengo bastante tiempo en casa antes de gastarlo.

     Una de las últimas veces que pude ir, la chica que me despachó me dijo una forma de mantenerlo en perfectas condiciones durante bastante tiempo.

     Hay que poner el bacalao tal cual, sin hacerle nada de nada, en una bolsa de plástico y meterlo con un limón entero dentro. ¡ Cómo suena !. Conforme pase el tiempo el limón se irá deteriorando, en ese momento deberemos tirarlo y sustituirlo por otro nuevo.
    
     Y así, sucesivamente...da resultado, os lo puedo garantizar.


16 de marzo de 2011

El limón y las manchas de café...





     El otro día, mi marido, en una comida de trabajo, se manchó la corbata con el café. Si fuera mujer, seguro que hubiera llevado una corbata de repuesto en el coche, pero no. Así que, llegó a casa con la corbata (con su mancha) en la mano...


     Decidí poner en práctica un truco que había oído para las manchas de café.


     Limón, tan sencillo como eso.


     Unas gotitas de zumo de limón sobre la mancha de café y, después, lavamos la prenda normalmente.


     Pues sí, el truco resulta. La mancha ha desaparecido de la corbata por completo.

Empanada de verduras

     
     El otro día iba a preparar unas empanadillas de pisto, pero me encontré con que se me había olvidado comprar pimientos...¿qué hacer con la masa que ya tenía preparada?

     Ví que en el boletín Consum había un concurso de recetas y un apartado que era para productos de temporada. Decidí hacer una empanada con verduras, que queda muy jugosa. He mandado la receta para el concurso, y aquí os la dejo... es otra forma de comer verduras.



Ingredientes:

1 puerro
1 alcachofa
Harina
Agua templada
Sal
Nuez moscada
Pimienta
Aceite de oliva
leche (con o sin lactosa)
Bacon troceado


Preparación:

     Hacemos una masa con 1 vaso de agua templada, un pellizco de sal, medio vaso de aceite oliva y harina, la que admita (se trata de que quede una masa más o menos blanda, pero sin que se pegue excesivamente a las manos). Reservamos.
     Troceamos finamente la alcachofa y el puerro (parte blanca). Salpimentamos y los ponemos a pochar. Incorporamos el bacon troceado y terminamos de hacer, pero sin dorar.
     Hacemos una bechamel espesa (rallarle un poco de nuez moscada), la harina se sofríe en el aceite, se le añade la sal, y la leche, poco a poco.
     Mezclamos el revuelto de verduras y bacon con la bechamel.
     Extendemos la masa y cubrimos el molde aceitado. Rellenamos con la mezcla. Cerramos y decoramos. Lo pintamos con huevo batido.

     Precalentamos el horno 5 minutos a 210º, y, para hornear, lo bajamos a 180º, 35 o 40 minutos.


     Desmoldamos y lo servimos templado.

15 de marzo de 2011

Pastel de Queso Carolina con Chocolate

     Esta receta no es de mi cosecha. Mi hermana, que es tan cocinillas como yo, me la ha pasado. Yo aún no la he probado, porque, para mí, la tengo que hacer con queso de cabra (que mi intolerancia sí que me lo permite). Pero, me ha dicho, tanto ella como su marido, que está tremenda (la tarta, se entiende).
     Me dice que es una textura y sabor que llevaba tiempo persiguiendo, que sabe igual que una tarta americana que sirven en una de esas hamburgueserías, de las que yo soy bastante enemiga (¡cosas que tiene una!).

     En fin, la receta os la paso igual que ella me la ha dado a mí. Pero, eso sí, hay que tener en cuenta que cada horno es un mundo y que, por ello, hay que controlar los tiempos, no vale dejar la tarta en el horno y no mirarla hasta que se cumpla el tiempo...¡hay hornos muy traicioneros!





Ingredientes:

500 grs. de queso de Burgos
4 huevos
60 grs. de harina
100 grs. de azúcar
Pepitas de chocolate
Mantequilla/margarina y harina para embadurnar el molde

Preparación:

     Separar las yemas de las claras y montar éstas a punto de nieve.
     En un bol poner el queso fresco, las 4 yemas, la harina y el azúcar. Batir con las varillas, o mezclar con las cuchillas, si no tenemos varillas, hasta conseguir una masa homogénea.
     Añadimos las claras montadas y las incorporamos a la mezcla con movimientos envolventes (esto es para intentar que no se bajen las claras).
Una vez lo tenemos todo mezclado, le añadimos las pepitas de chocolate al gusto.
     Ponemos a precalentar el horno, a 180º.
     Embadurnamos un molde con margarina y lo espolvoreamos con harina (después le damos la vuelta al molde para eliminar el exceso de harina). Lo rellenamos con nuestra mezcla.
     Lo llevamos al horno y lo tendremos unos 30 minutos (pero vigilamos el horneado).
     Lo sacaremos del horno y lo dejaremos enfriar.

     Queda muy, muy jugosa.

     Me dice mi hermana que, al principio, el pastel de queso se hincha mucho, pero que luego se baja también un montón. No os preocupéis por ello, es normal.

     ¡Espero que la disfrutéis!

13 de marzo de 2011

Estrella de compota de manzana con crujiente de jamón

     Con esta receta participo en el Reto Emile de Velocidadcuchara. Este reto trata de hacer recetas cuyo ingrediente estrella sea la manzana.




     Ésta es mi propuesta:









Ingredientes
  • 100 ml. de leche (sin lactosa, en mi caso)
  • 2 cucharadas soperas de leche
  • 1 cucharada (de postre) de maizena
  • 1 ramita de canela
  • 1 nuez de mantequilla o margarina vegetal
  • 1 cucharada sopera de azúcar moreno
  • compota de manzana (la mía era casera)
  • hojaldre
  • jamón serrano


     Forramos el molde con el hojaldre y lo pinchamos con un tenedor (o le ponemos peso) para que no suba en el interior, que luego tenemos que rellenar. Aprovechamos el horno para hacer los crujientes de jamón, cortando éste en finas tiras, colocándolo en papel de horno y esperando a que veamos que ha quedado seco y crujiente.
     Ponemos a calentar la leche con la rama de canela y, cuando haya hervido un poco, retiramos la canela. Añadimos el azúcar moreno y la mantequilla. Removemos hasta que se disuelvan en la leche.
     Diluímos la maizena en las dos cucharadas de leche y lo añadimos al cazo. Removemos mientras espesa y lo retiramos. Dejamos entibiar.
     Cuando se haya enfriado la crema, incorporamos la compota de manzana bien escurrida.
     El hojaldre, ya frío, lo rellenamos con la compota con crema y lo decoramos con unos crujientes de jamón serrano.

10 de marzo de 2011

Pollo con salsa de paté

     ¡ El pollo, ese gran aliado !  Y es tan socorrido...cuando no sabes qué hacer, sacas pollo y al horno, con poco más tienes la comida lista. Además de que es una carne que gusta a casi todo el mundo (bueno, a mi madre no, porque ella jamás ha probado el pollo, ¡no sabe lo que se pierde!).
     En este caso, para hacerla un poco diferente, le he hecho una salsa de paté. Yo la hice con pechugas pero, la puedes hacer con cualquier otra parte del pollo, o con otra carne, como el lomo de cerdo, quedará jugosa y con un agradable sabor a paté.




     Ingredientes

  • 2 pechugas de pollo, abiertas en dos mitades
  • 1 cebolla mediana
  • Un par de cucharadas de paté
  • 1 taza (de café) de Oporto, o de vino blanco
  • 1 vaso de caldo de pollo
  • 2 patatas grandes
  • Zumo de limón, hierbas provenzales, sal, pimienta y aceite de oliva.

     Salpimentamos las pechugas, las espolvoreamos con las hierbas provenzales y las rociamos de zumo de limón. Las dejamos así unos 15 o 20 minutos.
     Troceamos, no muy fina, la cebolla y la sofreímos con aceite de oliva a fuego lento, sin que se llegue a dorar. Cuando esté lista, le añadimos el paté y removemos, después echamos el vaso de vino y dejamos hervir un poco, para que se evapore el alcohol. Después añadimos el vaso de caldo de pollo y, cuando rompa a hervir, lo bajamos a fuego lento y lo dejamos así para que reduzca un poco.
     Pelamos las patatas y las partimos en trozos grandes (yo puse tres trozos de patata por ración) y las salpimentamos.  En una sartén echamos aceite de oliva y, cuando esté caliente, ponemos las patatas y las dejamos dorar. Retiramos.
     Escurrimos los filetes de pechuga. En una asadora, o sartén (lo que tengamos a mano), bien caliente, los ponemos a asar. Sólo vuelta y vuelta, que se doren, pero sin hacerse por dentro.
     Incorporamos las pechugas y las patatas a la olla baja, o sartén, donde tenemos la salsa. Dejamos que se siga haciendo todo junto para que tome el sabor de la salsa. De vez en cuando, les damos la vuelta con cuidado, así como a las patatas, para que tomen el gusto de la salsa.
     Para saber hasta cuándo dejarlo, yo pinchaba las patatas y, en cuanto estuvieron hechas, lo retiré del fuego.

     Si se te ha quedado la salsa algo ligera, puedes diluir una cucharadita de maizena en medio vasito (de los de café) de agua o vino y lo incorporas a la salsa. Al hervir, ésta espesará.

  

9 de marzo de 2011

Ollas pegadas

     A quién no se le ha pegado alguna vez la comida en la olla? Bastante tienes con la rabia que da tener que volver a hacer otra cosa para comer, cómo para pelearte con los restos churruscados en el fondo de las cacerolas.
     Tengo que decir que mi bautismo con esto de las ollas pegadas acabó con mi casa llena de bomberos y todos los vecinos en la escalera...pero eso es otra historia. El caso es que, hasta en aquella ocasión, salvé la olla y la pude seguir usando hasta que cambié la batería de cocina porque me puse la vitrocerámica.
     Así que os daréis cuenta de que el truco realmente funciona.


     Simplemente, retira todos los restos de comida que puedas (no hace falta estar rascando). Pon lejía hasta el nivel donde se encuentre lo quemado y pónlo a hervir. Después de unos minutos verás como se ha ido despegando la comida carbonizada y lo negruzco va desapareciendo. Luego, retiras la lejía (cuidado con ella, porque para la lejía en la ropa aún no he encontrado ningún truco) y, entonces, toca fregar la olla normalmente.


     Espero que os haya servido.

7 de marzo de 2011

Torrijas

     Para empezar con algo tradicional y muy sencillito, me he decidido por unas torrijas.


     Recuerdo haber comido muchas torrijas en mi infancia, cuando aprovechábamos (más bien aprovechaban) todo y no se tiraba nada, porque el tema no andaba para tonterías. El caso es que cuando había torrijas para merendar, había eso, torrijas y nada más, no como ahora que la mayoría de nuestros hijos tienen un montón de  cosas distintas con las que desayunar o merendar. A mí, acabaron por atragántarseme las dichosas torrijas. Y, al redescubrirlas para mis hijos, me he aficionado a ellas y me están de lo más buenas.
    
     La leche que uso es sin lactosa porque tengo intolerancia, pero, a veces, la he sustituido por zumo de naranja, que le da un toque distinto (prueba a hacer una coca de llanda con zumo de naranja en lugar de leche y ya me contarás). 


     Hay a quien le gusta poner miel a las torrijas, personalmente creo que es sobrecargarlas, ya que, de por sí, son bastante contundentes sin la miel. Pero si eres muy goloso y te lo puedes permitir...








Ingredientes :
  •    Pan del día anterior, o de más si eres capaz de cortarlo sin que se desmigaje (con los panes de hoy en día ya se sabe...)
  •    Leche (con o sin lactosa, o zumo de naranja, o leche vegetal, según gustos o necesidades)
  •    Canela en rama
  •    Cáscara de naranja
  •    Clavo de olor entero
  •    Huevos
  •    Azúcar
  •    Canela
  •    Clavo de olor molido (opcional)
  •    Aceite de oliva


     El procedimiento es el clásico de toda la vida.


     Cortamos el pan en rebanadas de 1'5 cm más o menos.


     Ponemos en un cazo la leche a infusionar con la canela en rama, un par de cucharadas soperas de azúcar, dos clavitos y la cáscara de naranja. Cuando ha hervido un par de minutos (cuidado con la leche que es muy traicionera y enseguida se quiere escapar del cazo) la retiramos del fuego y dejamos que entibie. La colamos y reservamos.


     Mezclamos azúcar con canela en polvo y un toquecito de clavo molido (digo toquecito porque es lo que yo hago con el bote de la especia). Hay que tener cuidado con el clavo porque se puede "comer" el resto de sabores.


     Batimos los huevos, con un par (si son grandes), para una barra de pan, puede ser suficiente.


     ¡Ale, pues ahora viene cuando te pringas!


     El procedimiento es bien sencillo: cogemos una rebanada de pan, la mojamos en la leche ya tibia, de ahí al huevo batido. La embadurnamos bien. Freímos en el aceite de oliva bien calentito y la pasamos a un plato con papel de cocina, para que absorba el aceite sobrante.
     (Tengo que decir que a mí las torrijas no me gustan muy empapadas en leche, no me gusta comerla y que se me deshaga en la boca, pero eso va a gustos, claro. Así que la leche sólo se la "enseño", las mojo muy poquito)
     Sin dejar que se lleguen a enfriar, las rebozamos en la mezcla de azúcar, canela y clavo...


     ¡Torrija preparada!


     Pueden aguantar perfectamente dos o tres días en la nevera, pero, claro, como el primer día no estarán. De hecho, lo normal es que se vayan resecando un poco por el exterior, aunque también habrán tomado más sabor a las especias.


     Los niños las pueden tomar con un buen vaso de leche. Para mí (que dejé de ser niña ya hace mucho), el acompañamiento perfecto es un chupito de mistela o moscatel valenciano. Y, si la comida no ha sido muy copiosa, son un perfecto postre.

6 de marzo de 2011

En tu cocina y en la mía

     Aprovechando el ambiente carnavalero y fallero que se respira, inicio esta aventura desde el desconocimiento de este mundo de los blogs.
     Además, no suelo tener mucho tiempo libre, pero lo intentaré. Procuraré sacar algún que otro ratillo para colgar recetas y hablaros desde aquí...
     Se hará lo que se pueda...



     Mi afición por la cocina viene de lejos. Mis hermanos lo podrán recordar con aquellos inventos incomestibles que hacía (y ellos sufrían) cuando eran pequeños. 
¡ A base de errores se aprende !

     Hoy, que lo hago algo mejor, me he aficionado a visitar unos cuantos blogs de cocina, de los que aprendo un montón (quizá por eso cocine mejor que antes), y me decido a abrir este blog, animada por algunas de mis amigas y por mi hermana (que también me aportarán sus recetillas, o eso espero) y por mi marido, que de recetas él sí que anda justito justito .
     Tengo que decir que la mayoría de mis recetas que lleven lácteos, se podrán hacer  con productos de cabra, preparados sin lactosa o vegetales, puesto que yo soy intolerante a la lactosa. Los que no se pueda sustituir, lo haré constar.
     Por cierto, lo de Maitentaciones es en tu honor, Yolanda.



     Y, sin mayores pretensiones, de eso va a tratar este blog: de compartir recetas y trucos, de comentarios e ideas, alrededor de la cocina, que, para mí, es una necesidad, un hobby, un relajante...De fregar no hablaremos, porque eso sí me estresa un poquito...

     Por ahora, no voy a enrollarme más, que cuando cojo la directa...así que, vamos a trastear en la cocina.


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