En estos días he conocido Film & Food, un blog que me ha "enganchado", por su contenido, sus propuestas y por su forma de hacer. En su página podréis encontrar reseñas de películas y más, conectadas con platos y recetas con las que guardan alguna relación.
Cada mes plantean un reto. Para participar, has de conseguir tu carnet de socio y yo, no lo dudé ni por un momento, ya tengo el mío.
Para el mes de mayo la película es Chocolat. Y el reto es muy divertido. Se trata de que cada socio propone una receta elaborada con chocolate. Luego, a cada socio le toca preparar una propuesta de entre todas las envíadas. La mía, es de Esther de La Cocina Mágica.
La elaboración que me ha correspondido a mí, era la famosísima Tarta Sacher.
Así que, tiré mano de mis libros de cocina en busca de una receta de esta delicia. He seguido la receta, aunque con algunas variaciones poco importantes, y las adaptaciones que necesito por la intolerancia a la lactosa). Tengo que decir que ya la había hecho alguna que otra vez, y el resultado final me ha convencido más que en esta ocasión. No por el sabor (que era extraordinario), sino por la textura, que, a mi parecer, era demasiado consistente. No obstante, ha debido gustar bastante, puesto que la tarta era inmensa y ha ido menguando a la velocidad de la luz.
Aquí os dejo la receta, con mis anotaciones, y unas fotos para que veáis el resultado final.
Espero que os gusten...
Ingredientes:
- 250 gramos de mantequilla (en mi caso, margarina) a punto de pomada (un rato a temperatura ambiente)
- 250 gramos de azúcar extrafino (la pasé por el molinillo de café)
- 250 gramos de chocolate negro derretido
- 1 cucharadita (de café) de esencia de vainilla
- 5 huevos (separando las yemas de las claras)
- 250 gramos de harina (he usado de repostería)
- 6-8 cucharadas de confitura de bayas de espino (la receta lleva de albaricoque)
Para el glaseado de chocolate:
- 300 ml. de crema de leche (sin lactosa)
- 200 gramos de chocolate negro derretido
- unas gotas de esencia de vainilla
Precalentamos el horno a 180º
Forramos el molde
Batimos la mantequilla con el azúcar y, sin dejar de batir, añadimos la vainilla y el chocolate derretido. Después vamos añadiendo, una a una, las 5 yemas. Una vez bien mezclado, incorporamos la harina.
En un cuenco aparte montamos las claras a
punto de nieve.
Vamos añadiendo las claras, poco a poco, a
la mezcla de chocolate. Cuando hayamos hecho esto, lo vertemos en el molde y alisamos la superficie.
Horneamos unos 45 minutos, comprobando que el bizocho esté hecho por dentro (podemos usar un palillo).
Cuando saquemos el bizcocho lo dejamos enfriar antes de desmoldarlo.
Para el glaseado, llevamos a hervir la crema de leche y la vertemos sobre el chocolate, que habremos picado previamente. El chocolate se derretirá y le añadimos la vainilla.
Mientras dejamos que el glaseado se enfríe un poco, calentamos la confitura hasta que se licue. Cortamos el bizcocho y separamos las dos placas. Aquí, yo hice un almíbar con moscatel y dos cucharadas soperas de azúcar, para emborrachar el bizcocho. Tras esto, extendemos la confitura sobre la capa de bizcocho de abajo y tapamos con la otra.
Ahora, nuestro glaseado ya estará manejable. Así que, ponemos el bizcocho sobre una rejilla que nos permita verter el glaseado sobre él y extenderlo para que quede completamente cubierto.
Dejamos que se enfríe, lo que hará que el glaseado de chocolate se solidifique. Después, ya podemos decorarla a nuestro gusto (yo le he puesto unas letras con la misma confitura disuelta).
Espero que os haya gustado.
Y hasta la próxima.