La receta que traigo hoy es para el reto de Film & Food, que nos proponían hacer un plato que nos encantara de pequeños...pero yo, he hecho lo contrario. Me explico...
La sopa de ajo me trae un recuerdo...un día mi madre nos hizo para la comida. Todos, menos mi hermano pequeño, nos la comimos pronto para poder pasar al segundo plato (los malos tragos, cuanto antes, mejor). Pero, mi hermano dijo que no quería...y esto no era como las lentejas (que si quieres las comes y, si no, las dejas). Esto había que comérselo sí o sí. Y mi hermano pasó 10 minutos, media hora, una hora, dos horas...delante del plato, llorando y sin querérselo comer...al final, a media tarde, hizo el esfuerzo y ¡se la comió!.
Aún hoy en día, de vez en cuando, le recordamos la dichosa sopa de ajo, jajaja, la maldad de los hermanos.
Así que, esta entrada va en honor de mi hermano: No te enfades mucho conmigo por haberlo contado, vale?
Para hacer la sopa de ajo:
- ajos pelados y ajos con piel
- pan (si es duro, mejor)
- aceite de oliva virgen extra
- pimentón de la Vera, dulce y picante
- huevo
- sal
- para enriquecerla un poco, le he puesto una tostadita de pan con queso, dorado al horno
Con aceite de oliva en la cazuela (he utilizado una de barro), ponemos a sofreir ajos pelados y laminados, y ajos con piel, a los que habremos dado un golpe para que chafarlos un poco.
Sin que se lleguen a dorar los ajos añadimos el pimentón rojo dulce y picante. Enseguida, para que no se nos queme el pimentón, agregamos el agua y dejamos que hierva durante unos minutos y reduzca un poco. Salamos al gusto.
Cascamos el huevo y lo echamos a la sopa, removiendo para que se quede a "hilos".
Dejamos que hierva el conjunto un par de minutos y ¡ya está!.
Bueno, yo he puesto al horno una rodajita de pan con queso por encima y la he gratinado. Si lo hacéis, el momento de ponerla en la sopa es cuando ya esté servida en el plato.
Con los años, he descubierto que me gusta la sopa de ajo...