Este mes sí me ha dado tiempo a participar en la La Recepta del 15, de abril y, como buena valenciana, estando este mes dedicada al arroz, no podía faltar a la cita.
Aunque haya preparado una receta nada tradicional por estos lares. La verdad es que tantos arroces tengo en la cabeza que me apetecía probar algo diferente. El arroz es un ingrediente que, en casa, nunca falta. Es tan versátil, tan agradecido… Sólo hervido con unos ajos y una hoja de laurel ya es, para mí, un manjar.
Tengo que decir que el arroz que más me gusta es el normal, el redondo y blanco. Pero también suelo comprar, de vez en cuando, integral, thai, basmati… Aunque éstos acabo comiéndolos sólo yo.
El arroz que os traigo hoy es una mezcla de sabores diferentes y, aunque está bueno, no ha calado lo suficiente como para quedarse a formar parte del recetario de la casa. Aún así, y como para gustos los colores, os lo dejo por si os apetece probarlo. Visualmente es muy “quedón” por la mezcla de colores que tiene.
Ingredientes:
- Arroz thailandés (o la variedad que os apetezca o tengáis a mano)
- Cúrcuma (esta especia da mucho color pero apenas sabor)
- Pulpo cocido y a rodajas
- Ajos pelados y laminados
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimentón dulce (o picante, o ambos, a vuestro gusto)
- Sal maldón (o de la que tengáis en casa)
Ponemos un vaso y medio de agua en un cazo al fuego, con un poco de sal. Cuando comienza a hervir, añadimos un vaso de arroz thai (si es arroz normal, la proporción es dos vasos de agua por uno de arroz). Agregamos la cúrcuma. Dejamos hervir entre 15 y 20 minutos, que el arroz quede hecho, pero sin "pasarlo" (a mí, es que me gusta más bien entero).
Cuando lo tenemos cocido, añadimos un chorro de aceite y movemos. Sacamos al plato en el que vamos a servirlo.
En una plancha o sartén, con unas gotitas de aceite, calentamos las rodajas de pulpo cocido y las ponemos sobre el arroz.
Por otra parte, en una sartén con aceite de oliva, ponemos a sofreir los ajos pelados y laminados, y, sin que se lleguen a dorar, los sacamos y repartimos sobre el pulpo con arroz.
A la sartén retirada del fuego, pero con el aceite aún caliente, ponemos el pimentón, para que se sofría, pero no se nos queme. Inmediatamente después, regamos con ese aceite nuestro plato. Y, si nos gusta fuertecito, podemos espolvorear un poco más de pimentón por encima y terminamos con unas escamas de sal maldón, para darle nuestro toque salado.
¡Listo! Un arroz diferente para paladares atrevidos.