5 de abril de 2011

Guiso de Corball

     Esta pasada semana fui al Mercado del Cabañal, aquí en Valencia. Cuando llegué a las paradas de pescado, disfruté un montón viendo el género tan fresco, además las galeras, las cigalas o los bogavantes aún estaban vivos.
     Me hubiera llevado todo. No lo hice, no. Pero aún así, compré un montón de cosas sin pensar en lo que iba a hacer con cada una de ellas...
     Entre lo que nos trajimos había un corball, un pescado del que había oído hablar, pero que no había probado. Así que, me puse a pensar qué hacer con él. Tenía claro que quería hacerlo guisado, aunque no tenía claro cómo.
     Después de limpiarlo, le quité las escamas (lo que me lleno la cocina de ellas: la próxima vez a ver si me lo hace el pescadero), lo corté a rodajas de un dedo de grosor más o menos, y me puse a la faena...


¿Qué necesitamos?

Un corball
Dos patatas medianas
Un ajo grande
Una cebolla
Un par de cucharadas de salsa de tomate
Pimentón
Caldo de pescado
Un vasito de vino blanco
Perejil
Sal
Aceite
  • Con estos ingredientes salen tres raciones bien servidas.
  • Si no tenemos a mano este pescado, pienso que podríamos sustituirlo por dorada, lubina, o cualquier pescado cuya consistencia nos vaya a aguantar el guiso sin deshacerse.

¿Cómo lo preparamos?

     Lo primero, salamos y enharinamos el corball. Lo freímos en aceite bien caliente, para que las rodajas queden doradas por fuera, pero no se terminen de hacer por dentro, eso lo harán en el guiso. Lo reservamos (este paso lo hice el día anterior al que preparé el guiso, ¡cuestión de tiempo!).



     Pelamos el ajo y, con el prensador de ajos o el mortero, lo machacamos y, junto a la cebolla, troceada finamente, lo ponemos a sofreir con aceite de oliva en una cazuela de barro a fuego bajo.
     Cuando la cebolla se pone transparente, añadimos la salsa de tomate. Incorporamos las patatas peladas y troceadas (partidas, sin llegar a terminar de cortarlas con el cuchillo). Salamos y removemos un poco. Añadimos una cucharadita de pimentón (de las de postre). Le damos una vuelta con la cuchara de madera y, rápidamente, para que no se queme el pimentón, añadimos el vasito de vino blanco.
     Cubrimos con el caldo de pescado. Rectificamos de sal, si fuese necesario. Aquí podemos subir a fuego medio. Dejamos que hierva unos quince o veinte minutos y añadimos el pescado. Ahora, si queremos remover el guiso, lo haremos moviendo la cazuela suavemente, porque el corball se nos puede hacer trocitos si lo hacemos con la cuchara o la paleta. Dejamos que cueza todo junto otros diez minutos, otra vez a fuego bajo (o hasta que comprobemos que la patata está cocida). Espolvoreamos perejil picado y apagamos el fuego.

     Nosotros lo comimos al día siguiente de hacerlo, calentándolo un poco en el horno. Como tiene suficiente caldo no corremos el riesgo de que se seque.
     La cantidad de caldo que usemos, dependerá de la cazuela que empleémos. Yo utilicé cerca de un litro de caldo.

     He de confesar una cosa: el pimentón que usé era picante, no leí el envase... Aún así, o quizá más por ello, nos ha resultado un guiso muy bueno.     

1 comentario :

  1. menuda pinta tiene esto!! y con lo que nos gusta el pescadito en casa, seguro que me chupaba hasta los dedos!!

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(No participo en cadenas de premios, básicamente, por falta de tiempo. Si pensaste para ello en este rincón, te doy las gracias de igual modo)

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