Costillas Guisadas

   Hoy toca receta salada, que el viernes ya tocará dulce...

   Uff, lo que me ha costado no comerme un buen plato, con esto de la dieta, sólo las he probado. Y estaban bien ricas.

   En casa, son bastante carnívoros. Con lo que, les ha gustado bastante. De hecho, a alguno le oí decir que le había tocado una menos, jajaja. Eso es señal de que estaban buenas.

   Son fáciles. Las cantidades, un poco a ojo. Las costillas eran de medio costillar que tenía en casa y no os puedo decir el peso, habría unas 12-14 costillas pequeñitas.

• Una cebolla mediana
• 12-14 costillas pequeñas
• Hebras de azafrán (opcional)
• Salsa de tomate frito
• Pimentón
• Una patata mediana-grande
• Caldo de carne
• Sal
• Pimienta
• Aceite de oliva virgen extra

   Pochamos en la olla una cebolla mediana troceada, con un buen chorro de aceite y un pellizco de sal.

   Cuando está transparente, añadimos las costillas, previamente salpimentadas. Le damos unas vueltecillas al conjunto. Incorporamos, esto es opcional, unas hebritas de azafrán.

   Ponemos un par de cucharadas de tomate frito, si es casero, mucho mejor. Removemos.

   Agregamos media cucharadita (de café) de pimentón. Removemos rápidamente y vertemos el caldo de carne, en mi caso, era caldo de cocido (puse un vaso grande; la idea no es que queden cubiertas, si no a la mitad, más o menos).

   Ahora, añadimos la patata cascada/rota, un poquito de curcuma y salamos.

   Cuando rompe a hervir, bajamos el fuego y dejamos así unos 20 minutos, comprobando si la patata se ha cocido.

   Si queréis el caldito más espeso, ya sabéis, cogemos un par de trozos de patata y los chafamos para incorporarlos al guiso y que nos engorde el caldo.

¡Espero que os guste!