Polvo de Naranja

   Alguna vez os he dicho que consigo comprar naranjas, limones y mandarinas de algún que otro huertano de la zona y, además de tener un sabor especial porque están madurados en el árbol, estos cítricos no llevan tratamiento post-recolección por lo que aprovecho para hacerlos confitados o aprovechar su piel.

   En esta ocasión os voy a contar cómo hago polvo de naranja, que se puede usar en bizcochos, magdalenas o recetas saladas. Este año también he hecho "polvo de limón" por el mismo proceso y el resultado es igualmente bueno, deja un aroma en toda la casa...
  En primer lugar, hay que pelar las naranjas, procurando no dejar blanco en la piel (o la mínima parte que se pueda). Yo utilizo el pelapatatas.
    Luego, ponemos esas pieles a secar. Esto lo hago de dos modos distintos:
- si he usado el horno, aprovecho el calor residual, secando las pieles en él.
- o bien, las pongo encima del radiador que tengo en la cocina.
     La verdad es que quedan igual de secas de las dos formas. Tenemos que dejarlas hasta que estén tan secas que se rompan, que crujan al partirlas.
     Como yo no tengo thermomix, con mi molinillo de café, trituro las cáscaras hasta conseguir el "polvo" de naranja.
    Para guardarlo y que aguante bien, tengo un truquillo que también uso cuando hago naranja confitada "seca"...

     Abro una gasa y pongo un puñadito de arroz en el centro. Cojo las esquinas opuestas de la gasa y las anudo bien. El paquetito tiene que quedar muy prieto. Y este paquetito, lo pongo dentro del bote con el polvo de naranja. El arroz absorbe la humedad que pueda acumular y aguanta perfectamente un montón de meses.

   El polvo de naranja podremos usarlo para un montón de recetas dulces o saladas. Hoy lo he usado para un bizcocho de naranja, que ha quedado la mar de rico.
¡Espero que os guste!