Tortas de Anís

   Tenía ganas de hacer las tortas de anís. A mi peque le encantan las compradas así que, si las hacía caseras, tenían que ser un éxito. El problema era encontrar una receta sencilla y fiable. Estuve mirando en mis libros pero no encontré nada al respecto.

   De modo que acabé en uno de esos blogs que son un acierto seguro. La receta que hoy os traigo es de Un pedazo de pan que, además, ofrece un paso a paso estupendísimo.

   En esta ocasión, no aporto nada a la receta, puesto que la hice tal cual, y salió perfecta (al menos, para mí)

   Así que, sin más, os dejo con la receta. No dejéis de ver el paso a paso de cómo Circe hace estas tortas de anís estupendas.

Ingredientes:

• 200 g de harina
• 75 g de aceite de oliva virgen extra
• 75 g de agua
• 4 g de semillas de anís (matalahúga)
• 3 g de sésamo o ajonjolí
• 2 g de levadura seca o 6 g de levadura fresca
• 1 g de sal
• 10 g de azúcar
• Azúcar para "rebozar" las tortas

Elaboración:

   Mezclamos todos los ingredientes secos en un bol. Removemos bien para que se distribuyan uniformemente las semillas. 

   Agregamos el aceite y el agua. Mezclamos hasta conseguir una masa homogénea.

   Sacamos la masa del bol y amasamos hasta conseguir que la masa sea elástica. Al principio cuesta un poco pero, no cejéis en el empeño... al final, se consigue una preciosa masa.

   Hacemos una bola con la masa y la dejamos reposar, entre una hora y hora y media, en un cuenco aceitado.

   Ponemos el horno a precalentar a unos 190º-200º.

   Desgasificamos un poco la masa, aplastándola suavemente con las manos. Cortamos porciones de unos 20 g aproximadamente cada una, hacemos una bola con cada una de ellas.

   Preparamos un plato con azúcar. Que el fondo del plato quede bien cubierto. Nos dejaremos el paquete de azúcar cerca para poder reponer la que vayamos gastando.

   Extendemos con el rodillo, una a una, cada bolita de masa. Empezaremos por las primeras que hemos boleado, así damos tiempo a las últimas a que también tengan su tiempo de reposo.

   Vamos extendiendo y girando la masa hasta conseguir un círculo con cada una de ellas de unos 12 centímetros. El grosor es mínimo, son muy finas. Las mías, veréis que no han quedado muy redondas que digamos :)

    Con la torta formada, la llevamos con cuidado al plato de azúcar y la rebozamos por una sola cara.

   Colocamos en la bandeja de horno (con papel de hornear sobre ella) y las colocamos con la cara de azúcar hacia arriba. Tenemos cuidado de que no se toquen unas a otras para que no se peguen.

   Ponemos el ventilador del horno, si lo tenemos. Ponemos las tortas al horno, pero no dejamos de vigilarlas. Las horneamos entre 5 y 10 minutos, dependiendo de nuestro horno.

   Tenemos que conseguir unas tortas con los bordes dorados y una masa crujiente. El horneado ha de ser corte, pero fuerte. Por eso, no podemos dejar de vigilar las tortas... a mí se me tostaron demasiado unas cuantas y es que, en cuestión de un momento, pasa de un delicioso tostado a un casi quemado que deja de ser tan delicioso.

   Enfriamos sobre una rejilla.

   Circe, en su entrada, dice que se pueden guardar en un recipiente hermético una vez se hayan enfriado. Yo las puse en una bolsa y no os puedo decir el tiempo que aguantan en perfectas condiciones porque, en casa, no pasaron del segundo día.

¡Espero que os guste!