Bueno, ¿qué? ¿Cómo van esos atracones, empancinamientos y demás actos rituales y típicos-tópicos de estas fechas? Sí, ésos que luego te hacen estar como mínimo un mes a lechuga y pechuga a la plancha... jajaja. Este año, me estoy comportando bastante. Además, no he tenido demasiadas sobras, con lo cual, estoy pudiendo normalizar bastante rápido la alimentación en casa.
El hecho de publicar esta receta viene porque, aunque la tenía pendiente de publicar desde el año pasado, esta misma Nochebuena, por la mañana, me dí cuenta que no tenía turrón de choco sin frutos secos para mi alérgico. Lo de la lactosa me daba igual, muchas veces, lo utilizo para no ingerir calorías de más (sí, a veces, compro deliberadamente productos que sé que no puedo comer para evitar la tentación). La gran mayoría de turrones comerciales de chocolate llevan -además de cosas impronunciables-, pasta de avellanas, frutos secos o lácteos...
El caso es que os traigo este turrón porque, además de poderse hacer en cualquier fecha, se hace en un plis-plas, un abrir y cerrar de ojos, unos quince/veinte minutos de preparación máximo (para mí que no tengo microondas). Otra cosa es el reposo, pero en un par de horas... ¡listo!
Ingredientes:
- 250 g de chocolate para fundir (o el que queráis)
- Un par de puñados de cereales: arroz inflado, arroz inflado chocolateado, corn flakes azucarados...
- Una cucharada de postre de manteca de cerdo
Preparación:
Ponemos un cazo al fuego con agua, hasta que hierva. En un bol de cristal (a veces he utilizado un tupper) ponemos el chocolate, previamente troceado. Cuando el agua está hirviendo, ponemos sobre el caso el cacharro en el que tenemos el chocolate: no debe caer nada de agua en el chocolate y tampoco el agua debe tocar directamente el bol de cristal con el chocolate... se debe fundir con el vapor que desprende el agua al hervir.
Añadimos la manteca al chocolate y dejamos que se derrita todo junto, removiendo, de vez en cuando, para que se mezcle bien.
En un molde rectangular de silicona, un molde para turrón, un tupper de forma rectangular o cualquier otro molde que os pueda servir (si no es de plástico o silicona, deberéis forrarlo de papel de horno), vertemos un poco de chocolate. Podemos, con una brocha de cocina, "pintar" las paredes. O, con un poco de paciencia, ir moviendo el molde para que el chocolate vaya impregnando bien el fondo y parte de las paredes del molde. Y, de paso, algo se va enfriando.
Dejamos que se atempere un poco el chocolate, mientras troceamos los cereales, si son corn flakes -si no, no hace falta-, y los mezclamos con el resto del chocolate derretido, que ya empieza a templarse.
Igualamos con una espátula o con la mano (si ha perdido suficiente temperatura). Dejamos enfriar y "cuajar" durante un par de horas a temperatura ambiente. Es conveniente que lo dejéis lejos de cualquier fuente de calor que tengáis en la cocina (ya sea fuego, horno, radiador...).
Si queréis una barra más gruesa, podéis derretir un poco más de chocolate y, cuando la tableta que tenéis en el molde haya empezado a coger consistencia, echar por encima otra capa de chocolate solo. O podéis hacer esta última capa de chocolate blanco, con leche...
¡Espero que os guste!
Ñam!!!!!
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarestos turrones quedan muy bien, me gustan mucho.
ResponderEliminarbesos,