Coca de Llanda I (sin lactosa)

    

     Tenía ganas de publicar esta entrada...

     Primero, porque es una de esas recetas que saben a casero; segundo, porque creo que es una receta básica, pero imprescindible (de la que gusta a niños y mayores); tercero, porque una amiga me pidió la receta y (si me lo permitís) voy a dedicarle esta miniserie de Cocas de Llanda.

     Mi amiga Marga, por motivos laborales, se tuvo que ir de Valencia, que es su tierra (ahora vive en un pueblo de Ciudad Real). Ella es un poco como esta coca: aunque no hables con ella muy a menudo, cuando lo haces, es como si no hubiera pasado el tiempo; es sencilla, dulce y cariñosa...en fin, que es una gran persona. Desde que me pidió esta receta, siempre que la hago pienso en ella. Sé que echa mucho de menos a su gente de siempre, a su tierra. Y el mar...

Necesitaremos:

• 4 huevos
• 250 ml de leche (sin lactosa)
• 250 gramos de azúcar
• 50-70 ml de aceite
• 400 gramos de harina (gramo arriba, gramo abajo)
• Ralladura de limón
• 4 sobres de gaseosa (una por huevo)
• Un poco de mantequilla

     Yo la he horneado en un molde rectangular de unos 30 x 20 cm., más o menos. Para esta cantidad es una medida que me va bien, para lo que sube al cocer. Aunque, me he comprado un molde totalmente cuadrado y alto, con el que la tengo que probar.

     Untamos de mantequilla (o aceite) el molde, o bien, lo cubrimos con papel sulfurizado.

     Ponemos todos los ingredientes, salvo el aceite y las gaseosas, y batimos. Podemos hacerlo a mano, con varillas...

     Cuando vemos que está bien batido, añadimos el aceite y volvemos a batir. Se puede hacer todo a la vez, pero me gusta añadir el aceite al final.

     Ahora, incorporamos la parte de color de las gaseosas y volvemos a batir.

     Añadimos el contenido de las partes blancas y...batimos, de nuevo.

     Vertemos toda la mezcla en el molde y espolvoreamos de azúcar por encima (en mi caso, mezclo azúcar y canela).

     Lo llevamos al horno, a unos 180 grados. En mi horno, son unos 35 minutos.

     Mi consejo: no dejarlo dentro y olvidarnos. Cada horno es un mundo y prefiero ir vigilando la cocción. Si es necesario, deberemos ir regulando la temperatura y el tiempo, hasta que esté dorado y bien hecho por dentro. Los primeros 20 minutos  no deberíamos abrir el horno. Pero, luego, podemos ir comprobando si se ha hecho por dentro con un palillo de brocheta o un cuchillo, que tendrá que salir limpio cuando esté lista la coca.