Esta entrada va a ser un poco especial. Me lo váis a permitir...
Se la voy a dedicar a la Iaia Encarna. Ella es mi suegra. Sé que suena un poco atípico (suegra-nuera), pero es que ella también es atípica como suegra.
Esta receta es suya. Bueno, es una receta tradicional de Navidad en su pueblo, en Cuenca. Y a mí me gustan tanto las recetas tradicionales...
Encarna es una persona muy importante en nuestras vidas. Es un ejemplo como madre y como abuela. Esa típica madre que siempre está para sus hijos y sus nietos. Es una persona buena, justa, rígida cuando tiene que serlo, pero sin dejar de ser tierna y entrañable. Es la Iaia Encarna.
Siempre nos ha apoyado pero, cuando tuvimos a nuestros dos hijos, qué hubiera sido de nosotros si ella y el Iaio Esteban (al que tanto echamos de menos) no hubieran estado ahí para nosotros. Esteban era otra gran persona, siempre con ganas de gastar bromas y sacarte una sonrisa, cariñoso, aunque algo más serio en algunos aspectos... No era mi padre pero, ahora mismo, escribiendo estas líneas, no puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas.Te echamos de menos!. Supongo que esto se agrava con la manida Navidad.
Como os decía, Encarna siempre apoya a su familia (siempre y cuando lo que se haga esté bien) y, aunque no lo diga, sabemos que está ahí. Incluso con este blog: me ha prometido pasarme recetas de una libretita que tiene escrita de sus tiempos mozos, es un sol esta mujer. De hecho, esta receta pertenece a esa libreta y me la ha brindado para que os la traiga hoy.
Gracias, Encarna. Gracias por estar, por ser, por llenar esos vacíos que hay en mi vida...
Vamos a necesitar:
- Una medida de manteca de cerdo, derretida y templada (puse 77 gramos)
- Una medida de azúcar (otros 77 gramos)
- Una o dos yemas de huevo (yo puse una)
- Harina, según la masa (125 gramos)
- Ralladura de un limón y una naranja.
- La clara del huevo
Mezclamos la manteca con el azúcar y la yema, junto con las ralladuras. Incorporamos la harina.
Amasamos hasta que estén bien integrados todos los ingredientes. La masa que no se debe pegar a las manos.
Hacemos bolitas con la masa. Ponemos una almendra a cada bolita (yo hice también sin almendra, por tema de alergias).
Las pintamos de clara de huevo y espolvoreamos con una mezcla de azúcar y canela.
Ponemos al horno, precalentado, a 200º unos 10 minutos.
Con estas medidas me salieron 30 unidades.
Si las dejamos uno o dos días, están aún mejor que recién hechas. Yo las he puesto en un bote hermético de cristal y aguantan perfectamente. De hecho, las tengo preparadas para Navidad.
¡Gracias a Encarna y Esteban, por ser nuestros Iaios!
Con esta receta quiero participar en el Concurso Internacional de Gastronomía, de Apicius, patrocinado por San Ignacio, El Taller de las Tradiciones, Oh!Menaje, La Cocina de Plágaro, Artepan, Kuchen House, In-Domo, Diseños Interiores, S.L., Rótulos y Placas Conmemorativas Marvi y La Cocina Paso a Paso
Que curiosa receta, no la conocía de nada.
ResponderEliminarSaludos
Me encanta, y ademas la puedo tomar sin problemas, dale muchas gracias a tu suegra por esta receta, yo acabo de poner unas magdalenas tambien para intolerantes, besitos guapa
ResponderEliminarQué bueno, nena. Menuda pinta deliciosa tienen.
ResponderEliminarUn besazo. Vivi
Me encanta la receta y sobre todo la entrada, me has emocionado y me he identificado mucho contigo. Mi suegra es un estilo a la tuya, yo la adoro, y me consta que ella a mi y mi suegro, al que tambien echamos muchisimo de menos era una bellisima persona. Muchas gracias por compartir tu receta y tus sentimientos. Besos fuertes.
ResponderEliminarpues ole por tu segura!!! que cosa más rica le has preparado!!
ResponderEliminarUna receta fantástica y se ve sencilla de realizar, probaremos. Un beso.
ResponderEliminarJO, A MI TAMBIEN ME HAS EMOCIONADO... AUNQUE TU Y YO SOMOS FACILES DE EMOCIONAR... JEJEJEJE. BUENO, SOBRE LA RECETA: BUENÍSIMA!! YO LA SAQUÉ EN LA COMIDA Y TODOS ENCANTADISIMOS!!
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