Esta entrada es especial. Porque es para el concurso de Manu Catman #cocinaunasonrisa… y porque habla de recuerdos muy especiales para mí, recuerdos que, indefectiblemente, traen una sonrisa de añoranza a mis labios y mucho, mucho cariño.
Así que, con tu permiso Manu, esta entrada va dedicada también a mi iaia Pura. Era muy buena y cariñosa con nosotros, aunque también dura cuando tenía que serlo… y, no por eso, la queríamos menos. Al contrario, eso hacía que viéramos cuánto nos quería; cómo nos quería enseñar lo correcto y lo que no lo era, a ser buena persona y a no hacer daño a nadie deliberadamente.
Tristemente, mis hermanos pequeños no pudieron disfrutar de su compañía. Mi iaio Leandro, también nos quería mucho pero, quizá por ser chico, él tenía más relación con mi hermano mayor. Yo era más de la iaia, aunque los quería a los dos un montón… y no sigo que, además de la sonrisa, se me escapará alguna lágrima…
Estuve dudando entre hacer unas migas de niño (que le salían increíbles), unas migas de pastor o tantas cosas… al final, me he decidido por algo de lo más sencillo: una Coca de la Reina. La forma en que ella la hacía, no la recuerdo. Sí recuerdo que, cuando la hacía, después me dejaba rebañar el cuenco con el dedo... me encantaba comer aquella mezcla en crudo. Esta receta de hoy, me la dio la suegra de mi hermano (que tiene una mano para la cocina que para qué!). El sabor es básicamente el mismo; eso sí, ella lo hacía en papel de estraza, algo que me ha resultado imposible de conseguir en las zonas en las que yo me muevo. Así que, papel de horno corriente y moliente. Al fin y al cabo, lo importante es la coca.
Estuve dudando entre hacer unas migas de niño (que le salían increíbles), unas migas de pastor o tantas cosas… al final, me he decidido por algo de lo más sencillo: una Coca de la Reina. La forma en que ella la hacía, no la recuerdo. Sí recuerdo que, cuando la hacía, después me dejaba rebañar el cuenco con el dedo... me encantaba comer aquella mezcla en crudo. Esta receta de hoy, me la dio la suegra de mi hermano (que tiene una mano para la cocina que para qué!). El sabor es básicamente el mismo; eso sí, ella lo hacía en papel de estraza, algo que me ha resultado imposible de conseguir en las zonas en las que yo me muevo. Así que, papel de horno corriente y moliente. Al fin y al cabo, lo importante es la coca.
He usado la mitad de la receta, pero os transcribo la receta al completo, tal cual me la pasaron (bueno, con una ligera modificación que la hace más suave y esponjosa aún):
- 500 g de harina
- 500 g de azúcar blanquilla
- 500 ml de leche
- 4 huevos
- 4 papelitos de gasificante (las clásicas gaseosas)
- 1 vaso de aceite de girasol (unos 200 ml)
- 2 cs de zumo de limón
- Ralladura de piel de limón
- Azúcar y canela para poner por encima
Batimos los huevos.
Mezclamos la leche con el zumo de limón y reservamos.
Mientras, añadimos a los huevos el azúcar, y batimos. Nos quedará una mezcla espumosa. Agregamos, sin dejar de batir, la mezcla de leche con limón (o buttermilk casero, que le dará mucha suavidad a la coca).
Mezclamos las gaseosas con la harina y la vamos añadiendo a la mezcla anterior, poco a poco, hasta que tengamos toda la harina incorporada.
Finalmente, vertemos el aceite, poco a poco. Y seguimos batiendo hasta que esté bien integrado en la mezcla.
En un molde forrado con papel de hornear, vertemos la mezcla y espolvoreamos por encima, generosamente, azúcar y canela.
Horneamos unos 35 minutos a 180º. Con la mitad de la receta, son unos 25 minutos a la misma temperatura.
Dejamos enfriar y... a merendar!
Sé que siempre llego en el último minuto, pero quería estar aquí. Quería participar en tu concurso, Manu, y compartir con todos estos bonitos recuerdos.
#cocinaunasonrisa … todos los días
¡Espero que os guste!
Yo ya soy fan de la iaia Pura, sabes porqué, porque sin ella tú no estarías por estos lares y eres de las especiales para este pobre gato y lo sabes. Y sé que te ha costado la vida estar aquí... pero has estado y es doblemente emotivo. Otras historias que hay detras no las sé pero la tuya sí... t'estim y darte las gracias mil una veces :-D
ResponderEliminarQue te voy a decir, Manu... que quería estar, haciendo lo que estuviera en mi mano. Quería participar y ser parte del tercero, como estuve en los otros dos.
EliminarÍdem :) (hoy he visto Ghost)
Según veo esta coca es como si estuviera viendo una bica gallega, porque su aspecto exterior es muy, pero que muy parecido. Y aunque lo fuera, sin duda, el elemento distintivo es el que te marca el corazón, y sin la iaia Pura, no podría haber sido posible ni esta receta ni esta entrada. Y quizás si no hubiera organizado Manu este concurso, ni una cosa ni la otra habrían sido posibles.
ResponderEliminarMucha suerte!!
Besos.
Sí, Yolanda. Cuando veo una bica, pienso lo mismo... tendré que hacer una, sacrificarme, y poder comparar...
EliminarGracias, ese corazón, a veces, me pierde...
Un besazo
No hay nada como la coca de la abuela, tiene un sabor especial, sabe a recuerdos. Bss.
ResponderEliminarRosa, si cierro los ojos y pienso en ella, casi me llega su olor... no recuerdo bien su voz, pero sí su cariño
EliminarUn beso
Maite, que enternecedora entrada con tu iaia Pura. La coca es digna para una reina, se ve deliciosa!!
ResponderEliminarGracias por compartirla y suerte.
Un abrazo.
Es un placer, Isabel
EliminarLo bueno de esto, ya lo sabes, es compartir esas recetas a las que tenemos cariño, con todos. Y que todos seamos un poco partícipes de todas las historias que hay detrás.
Un beso
(por cierto, he eliminado los otros dos comentarios porque se habían repetido -cosas de la tecnología, supongo-)
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ResponderEliminarMaite, qué bonita entrada! no sólo por la iaia Pura, qué tierno (yo también recuerdo a mi abuela con cariño), si no por todo el amor que has puesto. Una coca deliciosa, aunque la receta no sea la de tú abuela a mi se me hace la boca agua.
ResponderEliminarUn beso, guapa y suerte!
Gracias, Caty
EliminarYo me he dado una vuelta por las recetas del concurso y creo que he engordado de sólo mirarlas...
Un beso, cariñete
Una receta exquisita! No conocía tu blog, así que me quedo por aquí ;) Tienes recetas riquísimas y unas fotos de 10!
ResponderEliminarEnhorabuena! Un besito :D
Encantada de tenerte por aquí, Nieves.
EliminarMe gusta casi todo tipo de cocina, pero siento debilidad por las recetas tradicionales, las de toda la vida... e intento recuperar las que puedo.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso para ti, también
¡Al ver esta coca me ha recordado a nuestra bica gallega!! Desde luego, la pinta es buenísima!! Y el fricandó de arriba no se queda atrás!!
ResponderEliminarEstos días cumplo un año de blog y lo celebro con un sorteo; quizás te apetezca pasarte...
Un saludo,
Marta ("Sweet & Home la Vida es Dulce")